JUGUETORÍA

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Todas la historias bonitas empiezan en una cabaña

Hace tiempo, que creo que todas las historias bonitas empiezan en una cabaña, incluso la historia de la arquitectura y de su patrimonio empiezan en el mito de la cabaña primitiva, esa que se construyó para alojar el fuego y reunir en torno a él a la comunidad.

Aunque hoy, yo , vengo a hablar aquí de estructuras para construir y alojar EL JUEGO. Quiero hablar de esas cabañas que construíamos de niños, a esos espacios secretos de encuentro, al juego de explorar lugares, encontrarlos, asentarte, construir, jugar en secreto y querer descubrir otros secretos. 

A ese juego de explorar, construir, habitar, destruir y volver a explorar. Los recuerdos más auténticos de mi niñez están situados en una cabaña, estudié arquitectura para seguir construyendo en el mundo adulto, el problema fue, que dejé de jugar.

Tuve que encontrar una excusa nueva para volver a jugar construyendo.

Nació mi pequeña y quise diseñar para ella y para todos los niños “de ciudad”, un juego de construcción para construir, destruir y volver a construir cabañas. 

Los palos, las piedras y las cosas que encontrábamos por ahí cuando yo contruía cabañas de pequeña las convertimos en tres piezas de construcción de diferentes formas, que armaban diferentes tipos de cabañas en forma de cúpula, pirámide, cubo...

Con unas instrucciones gráficas sencillas y con las piezas a disposición conseguimos en el primer taller que los niños fueran capaces de construir los 7 tipos de poliedros de forma intuitiva al tiempo que aprendían conceptos de fuerza, geometría, volumen, espacio… Los niños se construyeron sus propias cabañas basadas en la geometrías, colaborando unos con otros, jugando y divirtiéndose.

Nuestro juego, se resolvió aquí.

Nos hicimos expertas  en fabricación digital, haciendo diferentes piezas de prueba que funcionaron a su vez como juguetes de construcción más pequeños con los que hacemos unidades didácticas para algunos institutos y colegios, colaborando con profesores de matemáticas, tecnología  y artes plásticas .

Nuestra investigación geométrica para conseguir con las mínimas piezas varias posibilidades volumétricas  se convirtieron en cabañas para refugiarse y jugar en un lugar donde los adultos no pueden entrar.

Nos apropiamos con una de  ellas de un espacio en  Medialab-Prado, donde dos años después, cada día siguieron llegando más y más niños a jugar. Otra bonita historia que empieza también con una cabaña y con un cubo con piezas de construcción donde ya no estaban las instrucciones.

¿Qué creeis que pasó entonces? Pues que nuestro juego acabó y empezó el suyo, el de verdad. El que es propio de los niños, de su intuición, de su imaginación… 

se empezaron a construir escafandras, coronas, alas, gafas… y… ¿quién quiere construir un poliedro cuando puedes construirte unas alas?

Entonces entendí algo que guiaría mi trabajo a partir de entonces. Tenía que incorporar a los niños en el proceso de diseño de nuevos juegos. Aportábamos la geometría y los sistemas contructivos, pero ahora teníamos que retirarnos a observar el juego espontáneo e investigar sus procesos lúdicos para incorporar ideas a nuestros procesos creativos. Desarrollando nuevas piezas y nuevos proyectos con equipos de todas las edades y de diferentes disciplinas.

Otra cosa que aprendí, es a construir lugares antes que a pedir permiso. Que nada de lo que hacía tenía sentido si no formaba parte de una revolución. Que aunque fuera de forma simbólica , teníamos que iniciar una especie de activismo lúdico, de devolver al juego lugares arrebatados o nunca otorgados

Cómo conseguimos apropiarnos de un rincón de un centro cultural, jugando a construir…pensamos que podíamos llevar la misma estrategia al resto de la ciudad… con esta idea nació “Juego en Ruta”

Juego en Ruta es una estación de Juego Ambulante que sirve para activar espacios lúdicos en la ciudad. Ocupamos temporalmente espacios comunes jugando, para convertirlos con esta acción en espacios de juego. Revindicamos desde la colaboración, la autoconstrucción y el juego espacios para los niños propuestos por ellos mismos .

¿Qué queremos decir con esto?

Si una mañana de sábado, una tropa de niños acompañados de algunas adultas pasean con un carro de colores y una almohadas enormes por pleno Paseo del Prado, paran en la zona de paso entre las dos direcciones de la calle y se ponen a jugar, algo sucede, al menos a los ojos del resto de personas con las que compartimos el paseo .

Si con lo que juegan son objetos grandes y a medida que avanza la mañana van ocupando una zona en la que hay que agacharse para pasar, o esquivar alguna cosa y está lleno de niños construyendo todo aquello se mira de otra manera. Algunos se paran a jugar con nosotros, algunos sonríen, pocos se enfadan.

La revolución en la que quiero participar es una revolución en la que apetezca quedarse… aunque quien me conoce también me ha visto gritar a los coches, llorar y enfadarme infinito… tengo esa necesidad mixta de participar en el cambio desde la comunidad, la celebración, el juego, la belleza… el diseño.

El rincón de Medialab creció hacia otros espacios y otros proyectos que cruzaban investigaciones y colaboraciones. Jugar el Espacio fue una propuesta de investigación y diseño en colaboración con Ana Mombiedro arquitecta especialista en neuroarquitectura en la que establecimos una serie de parámetros sensoriales que los espacios estimulaban en el juego y las relaciones. La puesta en práctica fue diseñar espacios temporales en función de esos parámetros y observar que juegos promovían. Con esta hipótesis previa y con la observación se propuso una nueva zona de juego en Medialab y una biblioteca de materiales.

Años después este proyecto de investigación colaborativa fue seleccionado por el equipo curatorial Uncertainty para ser expuesto en la bienal de Venecia de Arquitectura 2021.

Tras todo este aprendizaje, durante dos años celebramos en Medialab la Regadera… creando espacios, de nuevo temporales… pero esta vez extraordinarios. Ocupando el espacio principal del centro, el auditorio e invitando en cada sesión a una creadora o creador distinto a diseñar el espacio y proponer los materiales con la condición innegociable que todo lo que se situara allí era para ser jugado.

Con la propuesta de la Regadera, presenté el proyecto en “un año en un día” en Medialab y premiado en 10x10 pública de Fundación Contemporánea. Dar a conocer el proyecto nos abrió otras oportunidades … como hacer un espacio de juego con las premisas de LA REGADERA en el teatro circo Price. Aquí el proyecto de espacios de encuentro y juego de 0 a 5 años se ha establecido con un espacio propio y una programación anual.

Las historias que empiezan en una cabaña tienden a mejorar cuando salimos de ella, compartimos espacios con otras personas y colaboramos para crear nuevos imaginarios de la vida en común.

Agradeceré siempre a Antonella Broglia toda la ayuda que me empujó a contar todo esto sobre un escenario y que allí estuviera para escuchar y ver lo que había pasado Maral Kekegian y me invitara a hacer una propuesta junto con Laura Bañuelos para Veranos de la Villa.

El deseo que nos concedieron, a nosotras y a 800 personas más, fué dormir una noche al raso en un parque de Madrid.

Todo lo que tuvo de bonito Al Raso, lo tuvo de revolucionario. ¡Dormir juntas! ¡En la calle!…pero…. bajo las estrellas, al son de nanas, cuentos, despúes de un picnic de manteles compartidos de juego y belleza con pelotas en un río seco….

Insisto , tenemos que hacer que la revolución apetezca, …. hay mucho que cambiar, por eso hay que compartir hasta el extremo, hay que celebrar juntos, hay que diseñar imaginarios en los que queramos quedarnos.

Y tras todo este recorrido, nace JUGUETORÍA … que empieza de nuevo pegada a un taller de fabricación, como cuando empezamos a diseñar el primer juego de construcción y a la vez se construye sobre una narrativa, que la describe como Factoría de Juguetes, abierta, colaborativa y lúdica en las que la expereriencia de diseño y producción dialoga con las derivas lúdicas de niñas y niños cuando juegan con piezas que aún no son definitivas, con proyectos que se mezclan y dejando las instrucciones y directrices adultas siempre abiertas a jugarse y cuestionarse.

Puede que JUGUETORÍA, tome el relevo a todos los proyectos que la anteceden, porque ha conseguido dejar atrás anhelos ya imposibles, sin dejar de imaginar cosas que puede que nunca sucedan, haciendo que las pequeñas cosas que materialicemos sirvan de ancla entre la experiencia real y la simbólica.

Tras estos años he aprendido que los proyectos y las personas crecemos entre el cielo y la tierra, entre la acción y el horizonte de la utopía… entre lo que podemos tocar y lo que podemos imaginar…

…parafraseando a Roald Dahl…

¿Os lo imagináis? Y no era tampoco simplemente una enorme fábrica de juguetes. ! Era la más grande y famosa del mundo entero!

¡Construyámosla juntos desde lo imposible!, porque el objetivo no es construir la factoría… es construir la posibilidad