La Regadera. Jugar con Agua
EQUIPO
Propuesta: Paula Pernas
Colaboración: Jorge Alonso, Marta San Gregorio
Comisariado: Sara San Gregorio de Lucas para “ La Regadera” de Medialab-Prado
RELATO DE LA EXPERIENCIA
Paula es la acompañante pedagógica de todas las sesiones de la Regadera y de actividades anteriores de Jugar el Espacio. Paula trabaja a diario con niñas y niños. Amante de la educación activa y enamorada de la cultura de la infancia es la persona de referencia en el desarrollo pedagógico del proyecto.
En esta sesión, además, es ella la que propone un espacio lleno de materiales para jugar con agua. Conocedora, a través de su experiencia diaria, de los diversos juegos en cada etapa del desarrollo de lxs niñxs, plantea experimentar con líquido para dar la bienvenida al verano interviniendo el jardín de helechos de Medialab-Prado con diferentes propuestas.
Pompas de jabón de todos los tamaños, barreños llenos y vacíos, agua que se colorea con trozos de papel, botellas para hacer trasvases, globos con agua azul colgando del árbol, agua sólida con tesoros congelados, regaderas (esta vez si) y agua a golpe de manguerazo en los picos de calor de la tarde.
El juego que se dió esta vez era más previsible, sobre todo porque es una propuesta que se basa en la experiencia directa con niñxs. Tocaba trasladar la experiencia de un espacio de convivencia y relación a un espacio de encuentro puntual dentro de un contexto de programación cultural.
De nuevo hicimos esperar a lxs peques a entrar por la gestión de la inscripción, pero enseguida el juego espontáneo se dió de manera distribuida.
Observamos el transcurrir de las pequeñas acciones y el devenir de los elementos de juego: pendular los globos del árbol, mojarse con el dibujo que hace el chorro proveniente de un pequeño agujero en el globo, jugar con el globo colgante y vacío. Atrapar las pompas, crearlas soplando con una gran pajita, con grandes aros o con el agitar de varias manos sacudiendo el agua en el cubo. Teñirla, mezclarla, trasvasarla con botellas, regaderas y otros recipientes. Descubrir el frío del hielo, intentar alcanzar las flores congeladas que lo habitan, aprender a esperar a que se convierta en líquido, descubrir el truco de meter el bloque en los cubos de agua para acelerar el proceso, sacar las flores… cerrar el taller con un manguerazo colectivo, muy divertido y agradecido.
Redujimos el aforo esta vez y acotamos la edad de 18 meses a 4 años. Aunque insistimos, una vez más, en no invadir el juego infantil, en esta ocasión dejamos que de manera natural no se aceptara esta regla y la actividad se convirtió en una actividad familiar en la que grandes y peques entraron al juego, en ocasiones incluso no respetando los deseos de “no mojarse” de los niños.
Hubo reflexión al final de la sesión y éste fue uno de los temas de los que se habló. También se habló de lo acertado de acotar la edad por la mejor convivencia del juego, de la necesidad de reclamar ante las instituciones un aumento de plazas en estas propuestas públicas y gratuitas con intención de visibilizar las carencias culturales a las que se enfrenta nuestra infancia, de lo bien que lo pasamos como adultas al encontrarnos en un espacio colectivo lúdico, de lo sano y necesario que es tener espacios intergeneracionales donde todas tengamos cabida, sin parcelar el juego de las adultas en un lugar y de las pequeñas en otro siempre y cuando tengamos claros y presentes unos principios básicos de respeto para y con el juego de la infancia. Conquistamos, una vez más, el espacio público, al aire libre, en el jardín de Medialab Prado y hablamos de la importancia de salir a la calle, de liberar el ruido contenido infantil y adulto, de la necesidad de mostrar una infancia viva.
“Jugar con Agua” fue un taller divertido, necesario por el calor que hacía. Una propuesta espacial amable llena de elementos escogidos y colocados adelantando la mirada de lxs niñxs. En cada uno de los juegos planteados, se generaron momentos extraordinarios y encuentros llenos de complicidad. Gracias a las cámaras amigas que documentan lo que ocurrió en cada rincón, en cada momento, con cada material, obtuvimos una documentación gráfica extraordinaria.